Historia geologica





Un poco de historia


Tabla estratigráfica resumida tomada de Melendez Hevía (Geología de España). La tabla completa oficial de la Comisión Internacional de Estratigrafía puede consultarse en www.stratigraphy.org



Hay que remontarse 1.000 millones de años atrás cuando la deriva continental hizo que todas las masas continentales existentes chocasen y quedasen agrupadas en un gran supercontinente llamado Rodinia rodeado del océano Panthalasa. Este choque produjo el orógeno panafricano.

Rodinia comenzó a romperse y durante los siguientes 400 m.a. sus fragmentos fueron separándose y alejándose unos de otros hasta que a comienzos del Cámbrico (entre  -540 m.a y -500 m.a),  tenemos tres grandes continentes: Laurentia desplazándose hacia el NO., Báltica al NE., y Gondwana hacia el S. entre los que se abre un nuevo océano, Japeto, el precursor del futuro Atlántico.
En esta época parte de lo que será la futura placa Ibérica se encuentra sumergida formando parte de la plataforma continental de Gondwana en cuyo lecho marino se empiezan a depositar sedimentos procedentes de la erosión del orógeno panafricano.

A su vez, las compresiones provocadas por el movimiento continental darán lugar a la elevación desde el fondo del mar de cadenas de islas volcánicas (fase tectónica cadomiense) cuyos materiales, graníticos y volcánicos, se mezclaran con estos sedimentos marinos.

Hasta el Ordovícico, (entre -435 m.a y -500 m.a), estos procesos de erosión-sedimentación irán acumulando sucesivas capas de arenas y limos en un ambiente de plataforma mayormente siliciclástica.  El peso de las capas superiores irá compactando a las inferiores transformando las arenas en areniscas y los limos y arcillas en lutitas.

Durante el Silúrico, (entre  -435 m.a y -410 m.a) una parte de Gondwana se separará dando lugar a Avalonia que irá desplazándose hacia el N. abriendo el océano Reico hasta chocar primero con la placa Báltica, y después, agrupadas ambas, contra  Laurentia cerrando el océano Japeto y generando Laurussia.



Mediados del Silúrico: Avalonia y Báltica chocan y se desplazan hacia Laurentia.
( Melendez Hevía - Geología de España)
Devónico: Laurentia, Baltica y Avalonia chocan y forman Laurussia generándose una nueva cadena de montañas, la orogenia Caledónica.( Melendez Hevía - Geología de España)


Así, a principios del Devónico, (entre  -410 m.a y -360 m.a), tenemos al NO. el nuevo continente Laurussia  (incluía gran parte de la actual Norteamérica y las placas Báltica y Siberiana) y al SE. Gondwana (formado por las actuales África, Sudamérica, India y la Antártida) separados por el océano Reico.

A mediados del Devónico de nuevo la dinámica continental  hace que Gondwana vuelva a romperse separándose de ella la placa de Armórica, y con ella gran parte de lo que será luego la península ibérica, que a lo largo de este periodo finalmente se independizará.

Armórica, y tras ella Gondwana, se desplazarán hacia Laurussia cerrando el océno Reico hasta colisionar finalmente en el Carbonífero, (entre  -360 m.a y -300 m.a),  dando lugar al orógeno Varisco y formando un nuevo supercontinente: Pangea.

 

( Melendez Hevía - Geología de España)




La Orogenia Varisca
Durante las distintas fases de la orogenia Varisca, hay hasta 5 reconocidas, los sedimentos y rocas ígneas de los fondos oceánicos son comprimidos, replegados y metamorfizados. Los granitos y rocas volcánicas cadominenses se transforman  en gneises glandulares, las arcillas en esquistos y las areniscas y lutitas posteriores en cuarcitas y pizarras respectivamente. 

Durante las últimas fases de la orogenia al final del Carbonífero, hace unos 300 m.a, la compresión termina y empieza una fase distensiva en la que la corteza adelgaza tras el engrosamiento sufrido por la colisión.  Este adelgazamiento facilita la fusión de las rocas en profundidad generando magmas que ascenderán por la debilitada corteza quedando emplazadas sin llegar a emerger y donde se enfriarán  dando lugar a grandes masas graníticas.

Posteriormente en el Pérmico (entre -300 m.a y -250 m.a) se desarrolla una importante red de fracturación de dirección E-W, con intrusiones de materiales filonianos. Por estas fracturas circulan además fluidos hidrotermales que dan lugar a mineralizaciones de escasa identidad, generalmente sulfuros metálicos, que serán explotados a lo largo de los  siglos XVIII y XIX.

A finales del Paleozoico, hace 250 m.a., la zona ya emergida y elevada hasta alturas semejantes al Himalaya actual forma parte de una gran cadena montañosa que se extendería desde los Apalaches a los Urales.

Tras 400 m.a termina la era Paleozoica y comienza el Mesozoico, 185 m.a que comprenden el Trias, Jurásico y Cretácico. No existen en esta zona depósitos permotriásicos, a excepción de unas pequeñas manchas hacia el W. ya en la comarca de La Ribera perteneciente a Guadalajara y tampoco los hay jurásicos ni del cretácico inferior.

Esto es porque durante ese periodo de unos 150 m.a., el relieve levantado por el orógeno  estuvo sujeto a erosión hasta quedar completamente arrasado y convertido en una penillanura que fue recubierta posteriormente por sedimentos depositados durante el Cretácico superior (entre -96 m.a y -65 m.a).

Estos sedimentos tuvieron primero un origen fluvial; ríos que desde el W. iban a desembocar al E. en el mar de Tethys dejando arenas silíceas y costras de óxidos de hierro. Posteriormente, y debido al ascenso del nivel del mar que invade el aplanado territorio comienzan a depositarse en un ambiente costero arcillas y depósitos carbonatados que quedarán más tarde consolidados en  margas, calizas y dolomías.

A finales del Cretácico, hace unos 60 m.a., el mar se va retirando definitivamente hacia el E., dejando la zona como una planicie emergida. Las etapas marinas finales se resuelven en ambientes someros y áridos con fuerte evaporación que precipita el depósito de yesos en lagunas costeras y zonas encharcadas intermareales (salobrales o sebkhas).

Comienza entonces la elevación del territorio y el inicio de los procesos geológicos que más repercusión van a tener en el diseño del paisaje que hoy contemplamos.

La Orogenia Alpina
Durante los últimos 70 m.a. la dinámica continental ha estado acercando las placas Euroasiática y Africana, que a su vez va desplazando a la de Alborán, comprimiendo entre ambas a la placa ibérica hasta que se produce la doble colisión.

Primero el choque contra Eurasia levanta por el N., en varias fases, los Pirineos y la Cordillera Cantábrica. Estas fases transcurren desde el Paleoceno hasta principios del Mioceno.

Posteriormente, ya en el Mioceno inferior hace 20 m.a.,  el empuje de Africa y el choque de la Placa de Alborán por el SE. forma las Béticas. Este proceso continúa en la actualidad y es el responsable de la sismicidad del S-SE. de la Península.

El Sistema Central se levanta porque los esfuerzos de la deformación que la compresión producía en los bordes de placa se estaban transmitiendo también hacia el interior, engrosando y elevando el centro peninsular constituído por el viejo zócalo varisco recubierto por los sedimentos cretácicos.

Los materiales cristalinos que lo componen al ser rígidos responden a la compresión elevándose y hundiéndose en bloques a través de las antiguas fallas y fracturas paleozoicas que se reactivan pasando a funcionar como inversas, mientras que la cobertera sedimentaria mesozoica, al ser más plástica, se despega y pliega.

Por tanto a finales del Mioceno la antigua cordillera varisca arrasada vuelve a formar un nuevo relieve en el que los bloques levantados (pop-up) a favor de las fallas inversas cabalgan ahora sobre las zonas deprimidas (cuencas de antepais) y quedan otra vez sujetos a los agentes erosivos.

Por eso en nuestra zona, Guadarrama, Somosierra, Ayllón,  gran parte de la cobertera mesozoica compuesta por rocas sedimentarias desaparece quedando al descubierto el zócalo cuyos materiales graníticos y metamórficos son más resistentes.

Las cuencas, en principio endorreicas o sea sin salida al mar, van siendo rellenadas y  colmatadas por los sedimentos que los ríos y torrentes arrastran y depositan en extensos abanicos aluviales quedando los materiales de mayor tamaño (gravas y arenas) más cerca del área fuente, mientras que los más finos (limos y arcillas) llegaban hasta las zonas lacustres.

Cuando el clima se volvía más árido y la evaporación aumentaba los compuestos que se encontraban disueltos en el agua de estos lagos precipitaban en forma de sales y sulfatos, yesos principalmente, mientras que en periodos más húmedo la actividad biológica de algas, bacterias y moluscos daban lugar a la formación de calizas diferentes en aspecto a las que se formaron en los ambientes marinos del Cretácico.

En el Plioceno, hace unos 5 m.a.,  el progresivo drenaje de la Península Ibérica hacia el oeste, hace que las cuencas sedimentarias hasta entonces endorreicas (Duero y Tajo), empezaran a 'vaciarse' hacia el Atlántico.  Los ríos erosionan buscando su nuevo perfil de base estableciendo la red de drenaje que vemos actualmente.






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